¿Cuando?

No sé nada, no sé que paso contigo, no sé donde estas, ni mucho menos con quien. No sé si quieres estar aquí, no sé si estas feliz allá y tampoco sé como llegar otra vez a ti.

Tengo ganas de hacer algo, tengo ganas de tomarme una copa contigo, de fumarme un cigarrillo a tu lado, tengo ganas de volver a caminar junto a ti, pero esta vez lo haría diferente, quiero escucharte, esta vez quiero perderme contigo, quiero correr contigo.

Lo intenté. Busque otro amor, pero lo eche a perder, yo no quería estar ahí, no entendía porque estaba ahí. Solía decir que quería olvidarme de ti, pero la verdad es que lo único que quiero es correr junto a ti.

El viento soplo…

La esperanza era frágil,

Me aferre a eso que tenía

La abrace fuerte para que se quedará…

Cerré los ojos y confíe.

Respiro,

Respiro profundamente,

Respiro así duela mi pecho

Sonrío así este mojada

Así mi alma quiera llorar

Calma…

Me vestí de amor

Me llene de valor

Abrace ese instante

Te espere con ansias

Y al final el universo giro

El viento soplo,

Soplo más fuerte que nunca

Con preguntas que no tendrán respuestas

Con decepciones…

Miro hacia adelante para confiar

Me cubro de compasión

Suspiro

Todo en simultaneo

Te miro por última vez y me voy

Te dejo ir

Hoy me despego de ti… (hoy si)

Esa mirada…

Estoy sentado en el sofá, escucho la conversación de los nuevos vecinos del piso de arriba, tengo un cigarrillo en la mano, una copa de vino en la otra y ahí estas tu, sentada frente a mi…

Hace un mes me dijiste que no querías volver a saber de mi, que nos dieramos un tiempo, un año… Te extrañe, este mes mi vida dio varios giros y no estabas ahí. La deje, se fue con mis amigos, mis papás no estan, deje el proyecto en el que me distraía y para terminar no estabas tu…

Llegaste a visperas de mi cumpleaños, sabía que llegarías, siempre estas ahí, siempre sentada frente a mi, y yo siempre me comporto como un imbécil, a veces miro hacia otro lado, pero me volteo y me cruzo con tu mirada…

Cada noche que estamos juntos guarda un secreto.

Hoy esa mirada tuya me desnudo, supe que ya sabias todo, ya sabías que estaba mal, que me faltaba todo, me diste un abrazo y me fui… no quiero mostrarme debil, pero se que me conoces. Te paraste frustrada y luego te fuiste… Perdón por no haberte abrazado y por no susurrarte al oído para darte las gracias.

Una perfecta entropía

¿Qué tienes? ¿Porqué esa cara? ¿Cuál es tu gritadera? De verdad que estoy cansada, quiero gritar a los cuatro vientos, quiero pegarle al mundo, ay no sé… no sé que pasa contigo, ni conmigo. Y la peor parte es que sé que has venido para quedarte unos días más.

Ya por fin te había olvidado, llevaba muchos días libre, pero no te preocupes, me encanta cuando te enfadas y frunces el ceño, cuando te quedas en silencio y me miras fijamente pero no logras intimidarme, me miras con ese gesto incrédulo y pienso en lo imbécil que es invertir el tiempo en silencios. Creo que disfruto de tu compañía… nunca pensé en decir esto pero creo que deberías pasarte más seguido por aquí…

Querida Ira, cuando llegas estas acompaña de él y eso me frustra, me alegra, haces que mi mundo sea un caos dentro de un rojo bermellón, esas caricias intocables, esa dócil compañía hace que me de cuenta que siempre todo corre en una sola dirección, todo me lleva a ti, es como la conjugación perfecta de momentos… No sé, pero por ahora puedes quedarte unos días más.

(38) Para mi amor chiquito,

Esta es otra carta que escribo para ti, es la número 38, te escribo así aun no estemos juntos, así no sepa cuándo llegaras, por ahora no sé nada de ti, pero cada vez que pienso en ti, mi corazón y mi mente se volcán en un mar de felicidad… Mi chiqui, eres el pilar de mi vida, mi religión, mi vida entera, mi alma, eres mi razón de vivir, eres la luz que mueve mi corazón, eres mi todo.

Mi amor chiquito, algún día comprenderás las cartas que te escribo, pues son aventuras de grandes que pueda que sean confusas pero cuando descubras el amor, lo entenderás. A ti te gustará el amor, te lo aseguro mi corazón, pues nosotros somos unos enamorados de la vida y así en este momento nuestra historia sea confusa, es especial y cada momento juntos es un paso más cerca de ti. Queremos que tú seas nuestro todo, pero hay cosas que por ahora nos lo impiden. Cosas que más grande entenderás.

Te cuento que a veces quiero renunciar y cuando quedo partida en dos, me pregunto cuando lo dejaré a un lado y buscaré a otra persona, a veces pienso en escapar, algunos días me tengo que secar los dedos porque están llenos de lágrimas, esto no es fácil, porque son todo lo que más quiero y no quiero perderlos… mi corazón lleno de pena muchas veces renuncia, pero después pienso en ti y confirmo que no hay nadie mejor que él para ti y vuelvo a la calma…

Gracias mi amor, por ti nunca renuncio a mis sueños, eres la luz que me permite seguir adelante, después de las peleas, las despedidas y las lágrimas, llega la ilusión de tu llegada y mi vida vuelve a tomar su rumbo. Te cuento que él ama las risas, ama jugar, le encantan los niños así a veces le dé susto, te aseguro que será el mejor papá del mundo, si eres un superhéroe te aseguro que será tu compañero de aventuras y si eres una princesa, te prometo que siempre será tu príncipe.

Tú eres mi amor chiquito, mi amor eterno, y no sé si vas a poder leer todo lo que te escribo pero necesito que sepas que te amo, y no pienses que es un te amo cualquiera como en la película de Made of Honor, porque mis únicos “te amo” sinceros son para los dos amores de mi vida y uno de ellos eres tu mi amor chiquito, porque eres mi faro de amor.

Te amo.

Extraños

Como dos extraños caminamos por la vida, como dos extraños un día nos cogimos de la mano y mientras pareciera que caminábamos sin rumbo alguno los dos sabíamos perfectamente en medio de que balcón perdernos.

Nos sentamos y en medio de risas, historias, confesiones, penas, habían sonrisas y miradas confidentes… Cada vez que ella le tocaba la punta de la nariz y el se reía, ella se enamoraba más.

Y en medio de risas  en este mundo donde todos hacemos el amor, tomamos café y fumamos, en este mundo estaban estos dos extraños, que decidieron en medio de este balcón que navegarían sin rumbo alguno, pero sabiendo que estarían yendo al compás de los vientos.

IMGP6803

 

¿Bailamos?

Siento que floto, siento que tengo depresión post-fiesta, mi cabeza sigue dando vueltas, no sé si fue por bailar o por los tequilas que nos tomamos.

Estiré los brazos al cielo y comencé a extrañarte, no quería bailar, tenía los tacones puestos, todo el mundo estaba sobre mí, estaba presionada, no quería tomar… pero cuando escuche nuestra canción, mire alrededor y al ver que tu no estabas, levante mi mano, grite, tráiganme un tequila.

Estire los brazos al cielo, me quite los tacones, te tomé, comencé a correr contigo, llegamos a la pista, y empezamos a bailar, yo ya sabía cómo hacerlo, pues después de las clases juntos imposible que no pudiera, ya tenía una mínima idea de cómo hacerlo, te cogí, y bailamos… así juntos habíamos aprendido.

Comenzamos a bailar, a girar y a girar, esquivando las rayas, las personas, las mesas, solo estábamos los dos en medio de la pista, dando círculos, después de unas cuantas canciones no sabía si la que me movía era yo o era el barco.

Llegaron nuestros amigos y un brindis, un brindis por los amigos, otro brindis por estar juntos, otro brindis por una noche inolvidable, otro brindis… otro brindis y más brindis… Aunque no estábamos solos, sentía que solo estaba contigo, que no había nadie más, sentía una libertad absoluta, esa libertad que solo se siente en medio de la noche, en las madrugadas, cuando tomaste mucho alcohol y no te importa nada, solo disfrutar, bailar y sonreír.

Dejadme caminar sin rumbo

Dejadme hacer otro brindis

Dejadme bailar hasta que los pies se rindan

Dejadme conquistar a la luna

Dejadme navegar

Paro a respirar, pongo mis manos en las rodillas, cierro los ojos, me paro, me abrazas, y empezamos a caminar intentando coordinar el movimiento de nuestras manos cogidas con los pasos que daban nuestros pies.

Hay noches en que no queremos dormir. Noches donde nuestros pies no paran de moverse. Noches en que el tiempo se suspende, en que el corazón busca lo que está a su ladito y recuerda. Noches donde la música nos transforma. En noches como estas sólo puedo agradecer. Noches en las cuales el baile nos transforma.

Y al amanecer, me di cuenta que esa noche no baile contigo, pues tu no estabas conmigo.

Tú y yo en la penumbra

Decidimos irnos tu y yo para el bosque, los dos solos y a escondidas, fuimos al bosque pues allí el tiempo se detiene entre los sombríos ramajes, donde con cada paso nos sumergimos en lo profundo de la marina lejana, con dificultad caminábamos, cada paso estaba cargado de ramas y retos, el pasto estaba alto y el lodo intentaba capturarnos. Finalmente encontramos un lugar donde el viento navegaba tranquilamente, un lugar fresco y solitario, un lugar donde solamente se escuchaba una sinfonía, una sinfonía de pájaros.

Fue allí donde en la intimidad pude usarte y disfrutarte… prendí un poco de fuego para encenderte y así todo podía ser más intenso. Cuando empezaste a calentarte te acaricie con mis dedos y te fui acercando a mi boca, era una soledad luminosa, puse mis labios sobre ti y sentí una calma, una paz interior feroz… Tú también lo disfrutabas, pero mientras más tiempo te tenía en mi boca, más rápido se iba perdiendo tu magia.

Fuiste algo efímero pero cada vez que pienso en ti y cuando vuelvo a estar contigo me estremezco en una tranquila atmósfera.

La noche recién mojada por la lluvia hacia que nos juntáramos más, era una noche clara, fría y penetrante. Cuando estoy contigo un cuerpo desconocido se mueve sobre nosotros, siempre huelo una respiración cercana a la de nosotros, pero ya aprendí y siempre que estamos tu y yo esa respiración que nos acompaña me tranquiliza, es profunda y hace que cada vez algo se abra dentro de mí.

De repente escuche algo inusual. Tuve miedo. Ese algo avanzaba de una forma desconocida, te tire al suelo, te escondí bajo la planta de mi pie, sin dejar evidencia, rápidamente cogí mi cajetilla y corrí en medio de ese bosque oscuro y peligroso, olvidándome de ti, pues en cada paso dejaba tu olor, poco a poco perdía tu rastro.